LA PELIGROSA CIUDAD QUE DISOLVIÓ SU POLICÍA Y REDUJO EL CRIMEN
- Alberto Colombo
- 18 jun 2020
- 2 Min. de lectura

En Camden, ciudad de Estados Unidos con altos índices de pobreza y violencia, la policía ha puesto en práctica desde 2015 un nuevo enfoque de uso de la fuerza pública. En el año 2005, y por segundo año consecutivo, Camden encabezó la lista de las ciudades más inseguras del país americano. La urbe era destacada por altos índices de corrupción política, narcotráfico y asesinatos, y por ser una de las más pobres. En 2013, el Departamento de Policía de esa localidad norteamericana fue desmantelado, repensado, y refundado como el Departamento de Policía del Condado de Camden, con menos oficiales, menor salario, y un cambio estratégico hacia “políticas de comunidad.”
Parte del cambio de estrategias en Camden ha sido la instrucción a los policías a no apresurar las situaciones. Analizarlas para tomar mejores decisiones: "Les insistimos a nuestros oficiales que no tienen que apresurarse y resolver rápidamente cada situación", explica el teniente Kevin Lutz , quien ha supervisado la transformación de la policía en la ciudad. "Es bueno bajar la velocidad, es bueno dar un paso atrás. A veces lo mejor es enfundar el arma y hablar".
En Camden hicieron una reconstrucción que comenzó con el despido de todos los policías en 2013 y que continuó con un nuevo planteamiento de cómo generar seguridad pública.
Lo que buscaron entonces fue crear comunidad, que los policías hablaran con la gente, que se conocieran, construir la cultura comunitaria colectivamente y cambiar la identidad del agente de un "guerrero" a un "tutor".
La reconstrucción de la policía en esa localidad ha dado buenos frutos. "Nuestra tasa de asesinatos era 18 veces el promedio nacional. Estábamos viendo tasas de criminalidad que excedían las de los países del tercer mundo", dijo Scott Thomson, quien fungió como jefe de la nueva policía de 2013 a 2019.
El trabajo llevó a reducir a la mitad el número de delitos violentos, y aumentar la resolución de crímenes. Además, pasaron de tener 65 quejas por uso de fuerza excesiva en 2012, el número más alto de Nueva Jersey, a solo tres en 2019.
No se equivoquen, hay momentos en que la fuerza será inmediata y necesaria", dijo Kevin Lutz, de la policía de Camden. Pero el énfasis sigue en valorar la vida de las personas, "independientemente del comportamiento que exhiban en ese momento".
Y sobre todo generar empatía con la comunidad: "En una sociedad democrática, una policía sólo es efectiva si tiene el consentimiento de la gente, y para tener el consentimiento de la gente, debe ser legítimo", afirma el ex jefe Thompson.
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