NIÑOS DE MUSEO
- Alberto Colombo
- 13 dic 2019
- 4 Min. de lectura
Con el Día de los Derechos Humanos (10 de diciembre de cada año), que celebra la comunidad internacional, y el evento uruguayo anual de Museos en la Noche, que se realiza los segundos viernes de diciembre, desde 2005, abordaremos el Consejo de Niños del Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI).
El Museo cumple la función de exhibir y preservar expresiones del acervo arqueológico y etnográfico de los pueblos originarios de América. El Consejo del Niño es una propuesta donde se pone en práctica la valoración de los derechos humanos (DDHH), porque los niños se organizan y resuelven situaciones reales vinculadas a los mismos a través de acciones como el diálogo y el cultivo de actitudes y valores como la solidaridad, la igualdad, el respeto y la dignidad de las personas, la libertad, la responsabilidad, la verdad. Existe una convocatoria abierta, y al presente participan activamente en las actividades de esta institución municipal cerca de 80 niños.
El Consejo de Niños del MAPI es un espacio de participación, libre y voluntaria, al que se puede integrar cualquier niño que desee participar y básicamente el objetivo de generar una instancia permanente, donde tengan un lugar donde puedan ser protagonistas del museo. En tal sentido, el Director del Museo, Facundo de Almeida, señala respecto a los niños del Consejo “les hemos dado protagonismo no solo en participar de actividades, sino en hacer ellos actividades”.
Los objetivos específicos que se procuran con la implementación de este organismo infantil, son en primer lugar, generar un sentido de pertenencia; en segundo lugar, funciona como una suerte de focus group, donde las autoridades del MAPI proponen los temas que el museo está trabajando y escuchan las opiniones de los niños del Consejo, sean tanto exposiciones o propuestas de nuevos talleres o de nuevas actividades. Cabe señalar que el 60 % del público en el MAPI se explica por el público infantil y adolescente, de ahí que esas opiniones son calificadas para este museo. Es decir, el fin último es fidelizar este sector de público, erigiéndose el Consejo como una herramienta para ello.
Podemos enunciar que se cumplen las acciones educativas, en el marco de los valores de los DDHH: libertad, participación, respeto, tolerancia, igualdad, responsabilidad, empoderamiento, pluralismo. Así como promover el diálogo, puesto que periódicamente, el Director cita las reuniones del Consejo del Niños, donde se sugieren cambios, se realizan propuestas. Esto le brinda más frescura, dejando de lado las etiquetas, prejuicios, miedos del mundo adulto, y a los niños los ayuda en su confianza y autoestima. También se propicia la motivación y el involucramiento emocional de los/as educandos/as: “venís a MAPI y te sentís en un lugar muy cálido, muy como de familia: me encanta el lugar” (Santiago, integrante del Consejo de Niños, en la TED Kids).
Las fortalezas de esta iniciativa del MAPI son numerosas, puesto que fundamentalmente reconoce que los niños como personas con derecho a expresar libremente sus opiniones, brindándoles el espacio para que así lo hagan, y esto en una instancia que además disfruten de su infancia. También se les da participación en la medida de sus posibilidades, pero además son acompañados para que se potencien en sus cualidades personales. La debilidad quizás más notoria es que el Consejo de Niños del MAPI sea tan solo un órgano asesor y que carezca de características resolutivas, lo que acota su alcance.
En esta actividad, los niños incorporan conocimientos desde la participación, lo ponen en práctica en las visitas guiadas, las cuales realizan como guías, es decir, se empoderan desde el saber. Es ahí unos de los elementos donde podemos visualizar el acto educativo, como un proceso dinámico y dialéctico, con la multidimensionalidad y complejidad particular de lo humano. Involucra una afectación mutua entre las personas que intervienen en él: “nosotros nos nutrimos mucho de ese diálogo permanente con los niños”, expresa de Almeida, el Director del MAPI. Y esto se da aunque tengan roles diferentes, e implique una asimetría de responsabilidades (Magendzo, 2008), que caracteriza a la relación autoridades del Museo y los niños del Consejo. Podemos decir que como la construcción de conocimientos con los otros y otras, genera el lugar de lo común, lo compartido, lo co-construido: “nosotros los tratamos y nos sentimos como como parte de nuestro equipo del museo” (Director del MAPI, Facundo de Almeida). Estas acciones es posible ubicarlas en la Educación en Derechos Humanos (EDH), pues implica una cultura democrática, la comprensión de sujetos de derechos protagonistas, la promoción de la participación, la dignidad de las personas y el diálogo, características que se desarrollan en el Consejo de Niños del Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI).
El Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI), perteneciente a la Intendencia de Montevideo, fue galardonado con el Best Practice Award 2018, otorgado por el Comité para la Educación y la Acción Cultural del Consejo Internacional de Museos (CECA-ICOM, por la experiencia del Consejo de Niños del MAPI.
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