500 AÑOS REPITIENDO LA MISMA HISTORIA
- Alberto Colombo
- 12 nov 2019
- 3 Min. de lectura

Paramilitares, racistas, siembran el terror, imponen la Biblia y convocan a una Junta cívico militar, con militares y personajes de la alta burguesía, que se sentía desplazada con Evo Morales. Esto es lo que representan quienes ha encabezado este golpe de Estado en Bolivia.
La historia de Bolivia ha estado por la crueldad padecida, desde la llegada de los conquistadores españoles que dio inicio a uno de los genocidios más grandes en la historia de la humanidad, con la Biblia y el ejército invasor como bastiones. Los pueblos originarios fueron esclavizados, torturados, despojados de su tierra, de su cultura y evangelizados. La Biblia riega pobreza y sometimiento por donde pasa, basta mirar la realidad donde se desarrolla en sus diferentes formas (católicos, evangélicos).
La ignorancia, quizás mala memoria y los fundamentalismos hacen olvidar que Bolivia estuvo gobernada por un presidente que casi no hablaba español, su lengua básica era el inglés (Gonzalo Sánchez de Lozada, 2003). Ahora Carlos Mesa, siendo genocida, coautor de la Masacre del Gas (81 muertos y 420 heridos, 2003), se postuló a las elecciones como candidato. Esto no se señala. Además que Bolivia es el sexto país en reservas de gas natural en Sudamérica y en 2012 se convirtió en el principal exportador de gas del continente. Pero antes de la llegada al poder del Evo Morales y el proceso de nacionalización de los hidrocarburos, año 2005, que también significó su democratización: solo un 3% de la población era abastecida en 2006, pero en 2019 se pasó a un 50%.
Las milicias que festejaron la quema en la plaza pública de la whipala, la bandera de los pueblos originarios, un gesto de una importante violencia, aunque sea simbólica. Este golpe es para escarmentar al gobierno de un indio, y poner seguramente una junta militar integrada por militares y personajes “notables”. El cruce de intereses económicos, territoriales, culturales y el papel opositor desempeñado por etnias indígenas, además de asociaciones y sindicatos de obreros, campesinos y cocaleros. Como partes involucradas actuaron estructuras de negocios y las corporaciones transnacionales.
El Comité Cívico de Santa Cruz, encabezado por Luis Fernando Camacho. Es donde los empresarios elaboran las leyes para defender sus intereses. El Comité Cívico representa a los empresarios, oligarcas, a los terratenientes, socios de las transnacionales. Camacho, hijo de un paramilitar que estuvo al servicio de la dictadura, se vincula además a los carteles del narcotráfico. En línea con otros representantes de la nueva derecha latinoamericanos, Camacho maneja un discurso con muy fuerte anclaje religioso, por eso se lo denominan el “Bolsonaro boliviano”, cargado de racismo, odio de clase y provocación. No es lo mismo que tener un presidente blanco, empresario, oligarca, contrapuesto al gobierno indígena, originario, acompañado de las organizaciones campesinas y los movimientos sociales. Siguiendo con el tema, los medios de empresariales de comunicación no han cesado de conjurar contra el gobierno de Evo Morales. El frente mediático ha sido un terreno clave en la lucha por el dominio político de Bolivia, y allí la oposición al gobierno democrático ha sido feroz, regenteadas por el conglomerado comunicacional Grupo Líder (representa ideológicamente a la derecha santacruceña) y el español Prisa (reproduce información especialmente de periódicos latinoamericanos con clara línea de derecha). Los medios se referían a las acciones opositoras al Presidente Evo Morales en términos como marchas pacíficas, paros cívicos, movilizaciones, cuando se realizaban bloqueos, incendiaban hogares de dirigentes políticos, el secuestro y agresión de una alcaldesa, bandas irregulares atacaron marchas de mujeres indígenas, etc. Ahora cuando se movilizan los sectores populares en defensa de la institucionalidad, ahora que son los campesinos e indígenas quienes salen a las calles, les califican de turba, señalan violencia, saqueos.
Nos siguen llegando rubios/ Y les abrimos la casa/ Y les llamamos amigos.
Pero si llega cansado/ Un indio de andar la sierra/ Lo humillamos y lo vemos/ Como extraño por su tierra.
Tú, hipócrita que te muestras/ Humilde ante el extranjero/ Pero te vuelves soberbio/ Con tus hermanos del pueblo.
Comments