top of page

Blog

Posts Destacados

LA INCLUSIÓN O EXCLUSIÓN SOCIAL POR EL USO DE DROGAS

  • Foto del escritor: Alberto Colombo
    Alberto Colombo
  • 9 oct 2018
  • 5 Min. de lectura

En los actuales momentos de cambios, muy profundos, rápidos y radicales en las esferas productiva, social y familiar, sin duda se intensifican las situaciones de riesgo, ante las tendencias a la exclusión social. En esta nueva época, imbuida de la globalización, el tema de las drogas se conecta con muchas otras situaciones sociales y personales que configuran procesos de marginación social.

Globalización, riesgos y droga Con un mercado globalizado, se producen profundas transformaciones en las esferas productiva, social y familiar, pero el poder político sigue anclado al territorio. Entonces el capital se nos ha hecho global (las empresas son trasnacionales, con sedes en diferentes países, el dinero se apropia de la renta que coyunturalmente es más ventajosa, extrae su ganancia y se va sin más) mientras el trabajo sólo es local, y cada vez es menos permanente, más condicionado por la volatilidad. Como ha señalado el sociólogo alemán Ulrich Beck, "lo que está en juego es la propia concepción del trabajo como elemento estructurante de la vida y de la inserción y del conjunto de relaciones sociales”. Ahora el riesgo se ha democratizado, castigando más severamente a los de siempre, pero golpeando también a nuevas capas sociales; tenemos hoy un mosaico cada vez más fragmentado de situaciones de pobreza, de riqueza, de fracaso y de éxito.

Las dificultades y angustias sociales sufridas por amplios estratos de la población quedan silenciados, por la complejidad de encontrar un lenguaje con el que elaborarlos. La "droga” ofrece una vía de explicación y sobre todo, de llamada de atención, que además de dejar intocado el sistema socio-económico que está en la base de todos estos conflictos y problemas (incluido el de las drogas), dificulta la adopción de medidas (tanto políticas como técnicas), de resolución de los mismos.

Inclusión o exclusión social por las drogas En cuanto a la relevancia del uso de las distintas drogas en la generación de inclusión o exclusión social es relativa, es más bien el emergente a procesos originados por otros factores que le anteceden, como ser la precarización laboral, la segregación de sectores vulnerables al fracaso escolar en la enseñanza, la falta de acceso a la vivienda por amplios colectivos sociales, jóvenes con dificultades para seguir sus estudios, que con suerte, sólo encuentran empleos precarios y mal retribuidos, y que hallan en el abuso de las drogas salidas de identidad personal y grupal.

Pero ello no significa que el uso problemático de drogas sea inocuo, "en muchos casos genera barreras, cuando no límites infranqueables, para el buen desempeño individual, familiar y social, en definitiva, lo que se espera en términos de adaptación. El consumo abusivo y la dependencia de las drogas afecta no solo de modo significativo la calidad de vida de las personas sino que, por sobre todas las cosas, produce padecimiento”, se señala en la publicación Fisuras (H. Suárez, J. Ramírez y otros autores).

Respuestas a la drogadicción Generalmente las respuestas a los efectos del uso, consumo y abuso de las drogas se han abordado como un mero problema asistencial. La modalidad asistencial se concreta en un conjunto de actos y de propuestas que tratan de asistir al individuo para que deje de estar sometido a la situación que ha provocado su "contaminación”. Al señalar a esa persona como "enfermo”, como "peligroso”, lo que se hace no es tanto tratar de cambiar o modificar los aspectos que han podido contribuir a su "asocialidad” (realizar actividades en forma solitaria, sin relacionarse con otras personas) sino simplemente el controlarlo mejor, para así aislar ese foco de contaminación, y evitar su proliferación. Esto provoca estigmatización y cronificación. "La desigualdad se hace cuerpo también con la droga que consumen, el sistema de salud que los atiende y la cárcel que, a algunos de ellos, les ha tocado sufrir”, se expresa en el estudio bajo formato libro, señalado anteriormente.

Estrategias comunitarias Una perspectiva estratégica y estructural parecería estar en mejores condiciones de abordar los problemas de marginación y precariedad (física o emocional) que casi siempre acompañan los fenómenos de drogodependencia. Los procesos de inclusión y exclusión son sociales, no pueden reducirse a simples fórmulas sectorializadas. Ha existido una significativa "tecnificación” o especialización del tema "drogas”, con un sesgo sanitario. De la misma manera, pensamos, los procesos de salida de situaciones de uso problemático de drogas, con los daños que provocan en el individuo y en la comunidad, son asimismo procesos sociales. Pasa por la reconquista de los propios destinos vitales por parte de las personas o colectivos afectados por esas dinámicas o procesos de exclusión social. Esos procesos de riesgo personal y colectivo, íntimamente vinculados al territorio más próximo, son procesos en los que individuo, comunidad y relaciones sociales son elementos esenciales, definitivamente participativos y abiertos.

Citando un caso de ejemplo de atención comunitario, en la Provincia de Buenos Aires (Argentina), se lanzó en el año 2014 una red de Servicios Integrados de Salud Mental y Adicciones. En este marco, existe la experiencia del barrio de Villa Palito, en La Matanza. Allí se estableció un sistema de salud mental comunitario e integral que es el trabajo entrelazado entre el municipio y la comunidad del barrio, donde un equipo interdisciplinario de profesionales, vecinos y trabajadores de la zona crearon una red de salud mental comunitaria que busca promover un tratamiento enfocado en la inclusión. La iniciativa se torna sustentable al involucrar esas redes barriales que tienen el objetivo de ayudar y asistir en solidaridad, que existen en todas las comunidades.

Salir de lo clásico La lucha contra la exclusión tiene que abordarse desde formas de hacer que habiliten y capaciten a las personas, las políticas públicas deben tender a incorporar procesos e instrumentos de participación, de activación de roles personales y comunitarios, y de fortalecimiento del capital humano y social.

El proceso de respuesta a la drogadicción debe tener un carácter participativo, es decir, aquellos que en el proceso preventivo intervienen los canales y las redes habituales de socialización y de relación. Muchas veces ese tipo de argumento-discurso es aceptado, pero en nuestro país, la práctica concreta que se sigue es la clásica: delegativa, tecnificada, especializada y supraestructural.

Ante la exclusión que tiene un carácter estructural, las políticas públicas deben tender a ser también estratégicas, y encaminadas a debilitar los factores que generan precariedad y marginación. Las personas están inmersas en un entramado de relaciones, de dependencias, que obliga a actuar de manera conjunta para poder realmente ayudar a construir colectivamente soluciones y facilitar la salida, también conjunta, al problema.

Comments


Posts Recientes

Búsqueda por etiquetas:

¡Síguenos!

  • whatsapp
  • LinkedIn Social Icon
  • Twitter Social Icon
  • Facebook Social Icon
  • Blogger Social Icon
  • Instagram Social Icon
RSS Feed
  • Insta
  • twitter
  • fbk
  • WSP

© 094 816 607

2015 por Alberto Colombo/Comunicador. Creado con Wix.com 

bottom of page