FORMAS Y USOS DE LAS DROGAS EN LA HISTORIA
- Alberto Colombo
- 31 jul 2018
- 2 Min. de lectura

Las formas de alteración de la conciencia y la percepción que han utilizado los seres humanos a lo largo de su Historia y qué lugar han tenido las drogas o sustancias psicoactivas en este sentido. Porque la proliferación del uso de recursos fitoquímicos para modificar a voluntad el estado de la conciencia ha sido abundante en el devenir antropológico. Por ejemplo, durante la Edad Media, las llamadas brujas y hechiceras empleaban complejas fórmulas psicoactivas para realizar sus "excursiones psíquicas”, los boticarios oficiales utilizaban esos mismos compuestos, con efectos similares, pero mientras la Santa Inquisición quemaba a las brujas, los boticarios estaban avalados por la ortodoxia del poder. Aquí podemos abordar el tema desde una perspectiva de género: muerte para muchas mujeres, riquezas para otros, usando las mismas plantas (opio, raíces, semillas, nuez moscada, áloe). En Europa, la mayoría de tradiciones sobre la forma de preparar los enteógenos (psicotrópicos, psicofármos, etc.) se han perdido en la historia moderna, con la excepción de las bebidas alcohólicas. Mientras que en toda América, se dispone de minorías étnicas exóticas, con su chamán, su anciano sabio que sabe de plantas medicinales o la mujer de la tribu que conoce los secretos de la preparación. Los europeos sobre las substancias psicoactivas usadas en la antigüedad, han mantenido el consumo tradicional de alucinógenos hasta la actualidad en lugares muy marginales de los Pirineos o los Alpes, donde algún anciano consume hongos visionarios. Para no abundar sobre el tema, solo cabe señalar el potencial psicoactivo más habitualmente usadas en las antiguas tradiciones del Mediterráneo: plantas como hongos, ruda siria, tomatillo del diablo, higuera de infierno, opio y hasta nuestra conocida lechuga, además de la bufotenina del sapo. También está el consumo de substancias alcohólicas o tabaco, de lo que hay mucho teorizado sobre ello. Muchas de estas sustancias solo modifican el estado de ánimo, pero algunas inducen cambios profundos en la percepción de la realidad, incluidos espacio y tiempo, y pueden llegar a provocar despersonalización. Por ello, la política de drogas no es un hecho nuevo, pues en toda comunidad (hasta en las primitivas) existen normas que deben acatar sus integrantes, como puede ser la decisión del grupo a que diferentes sustancias psicotrópicas se destinen a ciertas iniciaciones o rituales. Más bien especificaría que la modalidad que varía es la actitud prohibicionista sobre el uso de las mismas. Tal actitud cercena la posibilidad de reglamentar su empleo, como si se realiza con el alcohol y el tabaco. De ahí que en cuanto a los criterios sobre los cuales fundamentar una política de drogas, eso determinará cuales datos científicos se tomen en cuenta. Porque la ciencia no es objetiva y por lo tanto, estará sometida también a los vaivenes del criterio político, que pueden estar influenciados por intereses y grupos de presión. En tal sentido, hay quienes señalan que dado el poder de influencia del empresariado del sector, la regulación del alcohol en nuestro país tendría mayores dificultades que las que hubo con el tabaco.
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