CUANDO UN DICTADOR FUE “BOCHADO”
- Alberto Colombo
- 5 mar 2018
- 3 Min. de lectura
En enero de 1978, los protagonistas fueron el futbolista

Ricardo “Bocha” Bochini y unos de los máximos criminales de lesa humanidad, el General Luciano B. Menéndez, gobernador de la provincia de Córdoba de la Dictadura Militar.
La historia del fútbol tiene ricas anécdotas pero pocas como la hazaña lograda por Independiente en 1977, cuando ganó el Campeonato Nacional hace 40 años…si, por entonces estaba la cruel Dictadura Militar gobernando la vida de los argentinos. Bueno, no de todos, algunos hacían sus “diabluras”. El Gobernador Militar de la provincia Luciano Benjamín Menéndez, que murió hace pocos días atrás a los 90 años, fue uno de las principales figuras de la última dictadura argentina (1976-1983). Menéndez era hincha de Talleres de Córdoba, al cual quería utilizar como trampolín político para proyectarse a la presidencia de la República Argentina. Para ello, el club de “la Docta” cordobesa tenía que ganar el Campeonato Nacional de 1977, donde participaban equipos del torneo principal y se le sumaban del Interior, que no lo hacían por entonces. El equipo de la provincia mediterránea se había preparado para dar ese salto, tenía muy buenos jugadores tales como Luis Galván, Miguel Oviedo y Daniel Valencia (integrarían la selección argentina campeona mundial de 1978), la “Pepona” Rinaldi, Miguel A. Ludueña, entre otros. Su técnico, Roberto Saporiti, muy vinculado a César Menotti, el DT del combinado albiceleste que tuvo su aporte de la Dictadura Militar en el Mundial ’78, disputado en ese país. Y el represor, quien en democracia sería condenado a 12 cadenas perpetuas, estuvo acariciando ese sueño de ocupar la Casa Rosada, cuando el club de sus amores derrotaba a los Diablos Rojos de Avellaneda por 2 a 1 el 25 de enero de 1978, de local y con su rival teniendo tres jugadores menos, a tan solo 8 minutos de terminar el partido. Porque el plan proyectado consistía en obtener ese Campeonato Nacional, que ningún club del Interior había logrado, para colocar al Presidente de Talleres, Amadeo Nuccitelli en la Presidencia de AFA (Asociación del Fútbol Argentino) y quien cometió innumerables delitos de lesa humanidad, es decir Luciano Menéndez, se catapultaría a una carrera política hacia la presidencia argentina, puesto que poder ya tenía dado que no solo regía los destinos de Córdoba sino de otras nueve provincias más. Claro, Menéndez no quiso dejar sus ambiciones libradas a una justa deportiva por lo que se reunió con el árbitro Roberto Barreiro, quien sería el responsable de ese partido final, a jugarse en el barrio cordobés Jardines. En esa final, luego que Independiente se pusiera en ventaja, el juez del encuentro dio un penal, sumamente polémico, que fue convertido y después validó un gol con la mano para los locales, también expulsó a 3 importantes futbolistas del Rojo: Enzo Trossero, Rubén Galván y Omar Larrosa. Ante esto, algunos jugadores de Independiente se querían retirar ante las evidencias del despojo a que estaban siendo sometidos, pero su Director Técnico, José O. Pastoriza los alentó a continuar el partido y realizó dos cambios, incluyendo a jugadores ofensivos, Ricardo Bertoni y Humberto Biondi. Perdiendo 2 a 1, con 8 jugadores contra 11, de visitante, con un estadio lleno en contra y un árbitro tendencioso, el panorama era totalmente desalentador salvo para ese Diablo Rojo, que de la mano de su ídolo máximo, Bochini, dieron pelea y algo más. En mitad de cancha recibe el Bocha, hace unas de esas clásicas paredes con su compadre futbolístico, Bertoni, la pelota deriva para Biondi, quien elude al arquero Guibaudo y habilita a Bochini (este jugador llamado a marcar goles trascendentes), una vez más su genialidad le da un título a Independiente, colocando el balón por sobre la cabeza de los defensores pero que entrara justo por debajo del travesaño, a minutos del término de la contienda. Si, el día que cumplía 24 años, Bochini hizo algo que no podía suceder, pero pasó: el Rojo fue Campeón del Nacional de 1977 (como el gol de visitante se contabilizaba doble, el 2 a 2 dejó con el título a los Diablos Rojos) frustrando el plan político de Menéndez, que en democracia sería condenado a 13 cadenas perpetuas. Fue una acción que superó lo deportivo, alcanzando un sentido histórico, político y social. Para el periodista Claudio Gómez (diario Perfil), fue “un acto de resistencia involuntaria contra la Dictadura Militar”, puesto que desarticuló el esquema armado por ese genocida.
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